domingo, 28 de noviembre de 2010

La ética teológica

La ética moral, para muchos y hasta cierta forma es correcta y muy bueno aplicarla pero hasta que punto nos sirve para ser mejores en todo momento, porque la ética moral como su nombre lo dice se basa mucho en recibir la aprobación de los que nos rodena es una ética enfocada más a la aceptación de la sociedad de que de nosotros mismos y lo que hacemos. Pero existe una ética que a mi punto de vista es más profunda es una ética que resalta lo que nosotros queremos y debemos ser no por la aceptación de los demás si no la comodidad y el sentirse bien con nosotros mismos, ¿por qué es tan fuerte y arraigada esta moral?, pues simplemente porque nos rige a través de un pensamiento que no importa que la gente no nos observe o se vaya enterar de lo que nosotros hacemos, si no que Dios nos observa en todo momento que Dios se aflige y no aprueba cada que nosotros actuamos de mala manera, y esto se simplifica en 10 mandamientos que de forma implícita y explicita trae un conjunto de acciones que nos guían a ser mejores, si todos nos rigiéramos por esta ética más que por la ética moral habría un benefició en la sociedad y todos nuestros entornos, incluso uno de los mandamientos dice: No hablaras contra tu prójimo falso testimonio, esto es importante; el chisme que en todo momento carcome una sociedad en esta ética se reprueba rotundamente si nosotros visualizáramos el levantar falso testimonio contra nuestro prójimo a la altura de matar o de robar, pensaríamos más y más de dos veces antes de hablar de una persona, y es que bajamente los temas de conversación de preferencia en nuestra sociedad es hablar de los demás, sin duda la clave ante todo no es pensar solo en nosotros mismos, si tuviéramos a Dios en nuestras vidas y pensamientos y aunado a esto pensar en los demás, sin duda seriamos cada vez mejores, no podemos ser perfectos, pero estaríamos enfocados  a lograrlo, cada una de nuestras acciones determinarán los resultados de nuestro futuro,  es bueno practicar y tomar en cuenta la ética moral, pero la ética teológica a de forjar principios que no se quebrantaran bajo ninguna circunstancia simplemente porque Dios estará en nuestros pensamientos.

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